El pop es la música de la época de la reproductibilidad técnica siguiendo la teoría del arte de Walter Benjamin. Un acontecimiento que tuvo lugar allá por los años 20 del siglo pasado y del que se cumple un siglo de historia. El registro de audiovisual del arte y reproductibilidad técnica es un acontecimiento que generó una nueva historia y aún no somos conscientes de los efectos culturales de esta nueva era audiovisual que vivimos. Tal vez podría hacerse una analogía con aparición de la escritura, que generó tal corte que todo lo que no tiene registro escrito es nombrado como prehistórico y por lo tano desconocido o incomprensible. ¿Hemos valorado el impacto que significa en la historia de la humanidad no ya la transmisión de ideas y memorias mediante textos, sino que a partir del siglo XX tengamos un registro inabarcable de imágenes y sonidos incrementados infinitamente por la posibilidad de la difusión digital de nuestro presente?
Todo lo que ha pasado a formar parte de la memoria audiovisual forma parte de nuestro presente para bien o para mal, hasta tal punto que podríamos postular que toda la época en la que no disponemos archivos audiovisuales es una nueva prehistoria dentro de la historia una época ajena a nuestra comprensión
En esta era sin nombre, determinada por el lenguaje audiovisual el pop es la expresión cultural por excelencia, pero una de las grandes diferencias de todo este nuevo lenguaje es se ha generado fuera del ámbito académico y que aglutina todas las artes separadas en una sola. El pop no es sólo música, es también imagen, literatura, cine, teatro, publicidad, es la promesa de la ruptura que el arte vanguardista nunca llegó a realizar en otras disciplinas, que volvieron a la academia.
La cultura pop un siglo después de que extendiesen los registros audiovisuales es parte de la lógica del mercado y de la política, quien domina los medios domina el discurso y tiene el poder. Internet no ha hecho nada más que hiperacelerar este proceso de warholizacion del mundo. Por eso el poder se juega más que nunca en el ámbito de la cultura audiovisual, en la cultura pop, en ese arte total de una nueva historia con sus nuevas edades antiguas, medias y posmodernidades, con sus eternos revivals y con la sensación de vivir un eterno presente entre épocas muy lejanas pero que nos siguen influenciando y que viven entre nosotros. Todo lo que se ha traducido a imagen y sonido reproducible vivirá en ese eterno presente de nuestra era pop.
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